Cuento La Caja China

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Cuento La Caja China

Cuento

La Caja China

Martha Sánchez Llambí

            Con un andar pausado iba por el sendero que conducía al bosquecillo. Vestía un manto de lana color marfil que rozaba ligeramente la tierra del camino. En una mano llevaba un pequeño bulto y en la otra un burdo cayado, hecho quizá de una rama que no había sido pulida ni enderezada.  Así lo encontró el granjero quien se dirigía a su casa situada frente a una mancha oscura formada por altos pinos. Arrimó su carreta al lado del anciano y le preguntó a dónde se dirigía.  El hombre le contestó que iba a cumplir una tarea en el bosque, al final del día.

            El granjero se presentó: “Me llamo Sebastián, para servirle. ¿Aceptaría usted hacernos el honor a mí y a mi esposa de compartir nuestra comida? Permítame invitarlo a refrescarse un poco.” Había algo en el porte de aquel hombre que daba confianza.  Quien hacía la invitación tendría treinta y pico de años, su musculoso cuerpo denotaba que trabajaba mucho y que comía bien.  Lo más atractivo de él era su sonrisa, un regalo de paz y simpatía.

El anciano se presentó a su vez: “Mi nombre se traduce en tu lengua como ‘el que hace música’ pero me puedes decir Maestro Li” y, suavizando al máximo su rostro explicó, “uso este nombre para que todos lo puedan pronunciar y también para que sirva de presentación respecto de lo que hago. Con gusto les haré compañía pues el honrado soy yo.” Diciendo esto subió a la carreta para el corto recorrido hasta la casa de Sebastián.

            Llegaron a la pequeña casa de troncos de árbol cortados a lo largo.  Por fuera, la parte redonda de la mitad del tronco le daba una vista decorativa a los muros, haciéndola ver como tantas casas de campo que cuentan con buen material de construcción gracias a los bosques que las circundan.  Por dentro quedaba la parte lisa del árbol que daba mejor vista a los muros. Sebastián llamó “Dorinda, Dorinda, tenemos un invitado”. Una hermosa mujer salió a recibirlos; esbelta, con enormes ojos claros, con una abundante cabellera rubia pendiendo de un lazo en la nuca. Llevaba una falda de algodón azul que le llegaba a los tobillos, una blusa blanca ceñida en la cintura y sandalias de tela igualmente azules. Se veía más joven que Sebastián, quizá no llegaba a los treinta. Ambos formaban una atractiva pareja.  Detrás de ella salió corriendo un pequeño que no tendría más de 4 años.  Tímido, se ocultó detrás de la falda de la madre mientras ella, amorosa, le indicaba saludar al recién llegado. Feliz, Sebastián presentó a su hijo  ‘Maestro, este es Fabián.’ Al oír su nombre el niño extendió su manita al tiempo que hacía una graciosa reverencia. El viejo, afable, estrechó la mano del niño y le dijo: “es un placer, pequeño, me recuerdas a uno de mis alumnos del conservatorio”. El niño miró a su padre intrigado, éste lo cargó y le dijo algo al oído.

Los cuatro entraron a la casa.  Sebastián mostró el cuarto de baño al anciano invitándolo a refrescarse.  El viejo maestro, de fuertes rasgos orientales, colocó sobre una mesa el paquete que llevaba y se dirigió al lavabo.  El pequeño Fabián, lleno de curiosidad, miró de reojo a su padre quien estaba ocupado ayudando a Dorinda a poner platos y cubiertos; al ver que no había impedimentos, levantó una de las esquinas de la gruesa tela del envoltorio.  Con manos rápidas retiró la cubierta color café y se encontró con una tela muy suave, un delicado moiré de seda roja que guardaba una caja rectangular.  La caja era de madera laqueada, de aproximadamente 40cms de largo.  A todas luces se trataba de un trabajo excepcional pues la roja laca parecía un espejo.  La tapa estaba decorada al centro con un círculo negro que encerraba un símbolo o una palabra que podía ser un ideograma chino, también en negro.  Estaba el niño a punto de abrir la misteriosa caja cuando los ojos de su padre descubrieron la travesura.  Rápidamente retiró a su hijo y trató de poner todo en su lugar, cubriendo de nuevo la hermosa caja laqueada.  En ese momento el anciano entró en la estancia y sus ojos rieron llenos de comprensión.

La familia y su invitado comieron a placer y luego tomaron asiento en las robustas sillas de madera dispuestas al frente de la casa.  Seguramente fueron colocadas allí con el propósito de contemplar aquellos pinos majestuosos antes de la caída del sol.

            Al morir la tarde, el anciano dio las gracias por haber sido atendido ‘como un príncipe’; en seguida su tono de voz cambió cuando con una extraña, pero atrayente voz dijo: “Debo ir a arrullar los nidos” y tomando su envoltorio -que celosamente guardaba aquella singular caja- salió de la casa, se despidió con una gran reverencia y se dirigió al bosquecillo. Sebastián lo detuvo y  lleno de respeto habló “¿Maestro Li, qué significa ‘arrullar los nidos’?” El maestro hizo una respiración profunda y con la misma extraña voz que ahora se escuchaba como una melodía respondió: “Me alegro que hayas preguntado. Un nido es el lugar en donde las aves, y otras criaturas pensadas por Aquel a Quien Alabamos, empollan sus huevos. Pero también es el lugar en nuestro corazón en donde albergamos nuestros amores, nuestros anhelos.  Es el lugar de nuestros tesoros. Cada ser humano posee varios nidos, lo sepa o no. Nuestro deber es arrullarlos para que lo que representa cada huevecillo en nuestro interior pueda salir del cascarón, completamente formado, lleno de vigor para enfrentarse a este mundo de aprendizaje. Los nidos forman lecciones que al paso del tiempo serán parte de nuestro conocimiento. Mi tarea es hacer música en cualquier bosque que encuentro a mi paso. Los nidos allí construidos representan la esencia de muchos seres que no han  aprendido a arrullar sus anhelos, que no han sabido conservar sus amores y no han dado a luz ningún proyecto. Mi música viajará hasta ellos porque las aves saben escuchar y, como el viento, transmiten los mensajes en sus trinos.  Cuando los humanos se hacen sabios comprenden las señales.  Los bosques son el mejor lugar para aprender mientras estamos en el silencio.” Volvieron a despedirse. De pronto, el pequeño Fabián levantó un brazo y señaló al cielo. Como todas las tardes, sin contar las de invierno,  los tres observaron la llegada de decenas de aves que desaparecían en lo más profundo del follaje.  Los pajarillos regresaban a dormir y lo hacían con un gran piar. Pero,  un segundo después, el alboroto de las aves cesó al escucharse las primeras notas.  La ondulante música surgía del interior del bosque.  Sebastián y su familia quedaron inmóviles, embelesados; escuchaban aquellas notas que parecían imitar el trino de los pájaros. Eran distintas al gorjeo de un ave; sonaban a sus oídos como notas cristalinas salidas de un arpa. Nunca habían escuchado algo parecido.  La melodía era tan poderosa que parecía salir, sinuosa, de todas las ramas de los árboles. Al escucharla uno se sentía transportado, seducido, como si toda la sangre del cuerpo estuviera en ebullición bajo la influencia de un ingrediente picante, pero, al mismo tiempo, reconfortada por el influjo del mejor de los bálsamos.  Marido y mujer escuchaban atentos sabiendo que si intentaran describir ese momento al día siguiente, si quisieran compartirlo con sus amigos más cercanos, les sería imposible.  Parecía como si toda vida se hubiera detenido. Prácticamente se habían olvidado de respirar y así lo constataron cuando, al finalizar la música, dieron los tres un suspiro poderoso.  El aire que respiraban era distinto y en su interior anhelaban que, desde ese momento, cada atardecer pudiera llevarlos a repetir la experiencia, al menos desde su memoria.

            Si el maestro chino producía la melodía gracias a un desconocido instrumento guardado celosamente al interior de su caja laqueada, nunca lo sabrían. La melodía inició de nuevo, más suave, como una despedida y luego cesó.  El hacedor de música no fue visto más.

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DIARIO

Viernes 28 de abril, 2017

HABLEMOS DE LA ESPERANZA

Este es mi sentir, acompañado por algunas frases de Deepak Chopra

Todos queremos ofrecer Esperanza a los demás.

Con frecuencia, en tiempos de confusión sentimos que, a pesar de esforzarnos, nada funciona, nos convencemos que no podemos esperar nada de la vida. Para muchos, el sentido de desesperanza está unido a la depresión.

Sin esperanza, las personas se deprimen, y lo hacen porque creen que no merecen ser felices. El problema  es que cuando se pierde la esperanza, se vive en el pasado. y las memorias del pasado son fantasmas en la mente.

Sin embargo, siempre hay opciones, por lo tanto, cuando las personas pierden la esperanza pueden encontrar la solución en ellas mismas, en vez de esconderse en una vida miserable. La esperanza es creer en la calidad, en los valores de Quien Tú Eres. Se trata de recuperar  la auto confianza en ti mismo.

Las personas sin esperanza viven en la incertidumbre, tienen miedo y la ansiedad nunca las abandona. Tener conciencia de tus valores a través de la meditación te hará recordar lo importante que eres en esta realidad. Además, cuando quieres darle ánimo a otros para sacarlos de su desesperanza, es importante que los centres en su conciencia, asegurarles que son amados y fuertes.

El primer paso para darle esperanza a otra persona es escucharla, no tratar de cambiar la situación según tus propios conceptos. Observa lo que esa persona está viviendo, lo que representa para ella su realidad. Cuando le hables hazlo directamente, tomando en cuenta lo que siente, lo que espera. Hazle ver con claridad y sencillez que el momento presente es el único lugar en donde el cambio puede ocurrir.

No juzgues, no ofrezcas expectativas, escucha a la otra persona con el corazón, mantén todo en el nivel de la realidad y sé el ejemplo que esa persona espera ver.

Permite que tu propia introspección, tu apreciación más  profunda, surja con toda humildad y compasión.  Cuando hables pon atención a las cosas buenas que la otra persona tiene que ofrecer, no como tú crees que debería comportarse.

El momento presente es el lugar de la esperanza, porque en cada momento presente el Aquí y el Ahora es la única forma de ver las cosas reales.

El primer paso es preguntar y escuchar desde el nivel del corazón.

Habla de la esperanza que ves en la otra persona… este es el momento preciso para el cambio y es lo único real.

Recuerda esta frase: Mi esperanza está aterrizada en una realidad muy profunda.

Mantra: Om im shriim   (significa: inteligencia y conciencia ilimitadas)

Nos dice Deepak Chopra: Este mantra enlaza la inteligencia ilimitada y los recursos de la conciencia más pura, para apoyar todas nuestras esperanzas y aspiraciones.

 

Martes 25 de abril, 2017

Seguramente has vivido momentos en los que dudas de ti y de todo lo que está sucediendo alrededor tuyo. No temas, las cosas están siempre trabajando para ti; lo único que tienes que hacer es calmarte, escuchar y tener fe en todas las cosas que mereces.

El siguiente pensamiento fue crucial para mi desde joven, tanto, que resultó en el tema de mi primer libro publicado: “Se fiel a ti mismo”

Mi libro se tituló “Sé Fiel A Quien Tú Eres”… y en verdad se trata de algo universal y eternamente cierto. Siendo fiel a quien tú eres te mantendrá en la claridad de pensamiento, en un estado de calma que te permite relacionarte con los demás y, siempre, estar dispuesto a ayudarlos. Pregúntate, ¿cómo puedo servir a los demás? ¿Cómo puedo ayudar? Dar lo bueno que hay en ti es la mejor manera de estar en Todo Lo Que Es; tener la capacidad de interrelacionarte, comunicarte y conocer al otro, para que el otro pueda hacer lo mismo respecto de quien tú eres. Este es el único camino para estar alineado, para estar en iguales circunstancias, es decir, igualar la energía divina. Porque todos somos seres vibracionales y el propósito de nuestra vida es ser dichosos.  Por lo tanto, mantén en tu corazón este pensamiento: “Me uno a los demás para darles esperanza.”

Las sabias palabras de Abraham, en boca de Esther Hicks, nos aseguran que después de la muerte sólo hay más vida. Y esto es sumamente consolador, es el gran cambio, lo opuesto a lo que nos han dicho la sociedad, las costumbres, las tradiciones… que la muerte es el fin (y quizá iremos al paraíso, pero, quién sabe, porque todos somos pecadores… amenazas para mantenernos en el miedo y la culpa).   . Ahora sabemos que esta corta experiencia que estamos viviendo físicamente no es más que una oportunidad para conocernos a fondo, para reconocer nuestros valores como seres eternos que después continuaremos nuestra jornada en vida, vida y más vida en la Luz.

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Viernes 21 de abril, 2017

Para conectarnos siempre con el espíritu y avanzar en el camino de la conciencia es preciso nutrir nuestra auto estima, así proyectaremos seguridad y alcanzaremos nuestras metas. También necesitamos estar en el amor incondicional, en la transformación de nuestro sistema de creencias para eliminar actitudes obsoletas. Dejar ir pensamientos negativos y emociones limitantes. Tomar decisiones que nos favorezcan y que sean compasivas para ayudar a los demás. Observar siempre con atención y curiosidad. Por último, reflexionar sobre Todo Lo Que Es a través de la meditación.

Jueves 20 de abril, 2017

REQUESÓN PARSI     (gastronomía de la India)  Esta receta, además de muy fácil, es ideal para los días de calor y perfecta para toda la familia.

En una olla grande hervir 6 tazas de leche entera (*). Cuando hierva agregar 1/3 taza de jugo de limón fresco y cocinar, sin dejar de mover, durante 3 minutos. Retirar del fuego y enfriar. Colocar una coladera sobre un tazón grande y encima de la coladera poner una capa doble de manta de cielo. Verter el cocimiento de leche y limón y dejar escurrir durante una hora.

Sale un poco más de una taza de requesón.  Pasarlo a un plato o tazón pequeño. Probar y en ese momento agregar sal o azúcar, dependiendo del uso que se le vaya a dar.  Este requesón tiene un sutil sabor a limón y es perfecto para ensaladas, sándwiches, para la hora del cocktail en bocadillos como aperitivo o antipasto. También se puede agregar a frutas o pasteles si se le agrega azúcar.

Después de probar esta receta por primera vez se podrá tomar la decisión de hacer más cantidad porque una taza es poca cantidad para una familia normal y a los niños les encanta con un poco de compota de fruta o mermelada encima.

 (*) si se quiere utilizar leche descremada no saldrá el requesón… la leche debe ser natural, fresca del día, de muy buena calidad.

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Viernes 14 de abril, 2017

Te pido meditar sobre la Compasión y enviar olas de esta energía del corazón hacia todo ser vivo en nuestro planeta. Todos, sin distinción de raza, nacionalidad o status, recibirán una cálida presencia, y una sonrisa se dibujará en sus labios. porque este día les ha traído un momento de dicha. No sabrán por qué, pero se sentirán ligeros y animosos. Así será. Yo lo hago en este instante; y si te unes a mí, para hacerlo todos los días, por supuesto que lograremos la gran transformación: el cambio de conciencia y la armonía que tanto necesitamos. El cambio es inminente, podemos acelerarlo.  

 

Jueves 113 de abril, 2017

Cualquier forma de meditación que estés practicando – respiración, visualizar una imagen, cantar mantras – está bien siempre y cuando aceptes, de manera constante, que eres un ser libre, que el milagro que buscas hace tiempo que te rodea y está en ti.

Miércoles 12 de abril, 2017

SOBRE EL ENOJO Y EL ODIO

El poeta Henry Wadsworth Longfellow escribió

“Si pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, encontraríamos en la tristeza y sufrimiento de cada hombre lo suficiente para desarmar toda hostilidad.”

 

Martes 11 de abril, 2017

Poema que escribí en 2006 sobre el sentido del Gusto

“TURGENCIA”

Su redondez me atrae,

me enloquece ese magno volumen

vestido de sensual aroma.

Acaricio el suave terciopelo

y, con pasión,

clavo mis dientes

en tan exquisita turgencia.

¡Ah!, no estaba equivocada,

sus jugos son ambrosía,

inundan mi boca y,

en torrente,

se deslizan por mi garganta.

Imposible contenerlos…

Una vez más, el éxtasis me invade,

el clamor surge, incontenible,

y mi voz, agradecida, canta

¡Vivan los melocotones!

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Lunes 10 de abril, 2017   (Mercurio inicia Retrógrado)

Estos son mis pensamientos que te dedico. Van llenos de energía del corazón.

CREO

Creo en la presencia Divina.

Creo en la bondad del ser humano.

Creo en el amor expresado abiertamente.

Creo en la alimentación natural.

Creo en la capacidad que tenemos los seres humanos para auto sanarnos.

Creo en la evolución de la conciencia.

Creo en este ciclo de transformación personal, para establecer un equilibrio espiritual en el planeta.

Creo en la compasión.

Creo en la interrelación comunitaria.

Creo en una energía superior creadora de Todo Lo Que Es.

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